miércoles, 14 de agosto de 2013

El hombre que hablaba textos.


El hombre que hablaba textos asomó por entre la puerta semiabierta. Y soltó su sempiterna sonrisa de Johnny Bravo como diciendo hey, hey, aquí he llegado chicos.

El nombre del hombre que hablaba textos tenía muchas erres, porque las erres son letras que exigen ser consciente. Un nombre como Rodrigo es un sonido que despierta a quien lo escucha y reclama esfuerzo a quien lo dice, músculos laríngeos tensos, dicción. Tal vez la che demande y otorgue de forma similar.

Chicharrón.

Chicharrón gana a Rodrigo.

Pero nadie se llama Chicharrón. Al menos nadie con padres juiciosos.

Rodrigo, el hombre que hablaba en textos, arqueó la ceja tras su sonrisa de bienvenida y pensó hoy me siento estupendo. Tras pasos y saludos, unas frases como hojas de hierba, se acercó a la mesa del hule de topos negros donde esperaban las mediasnoches con tulipán.

Comió sólo aquello que era de color rojo.

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